El
primer paso para la construcción colectiva de conocimiento durante la sesión de
clase fue la división de los estudiantes en los equipos respectivos de trabajo.
A cada uno de los grupos les fueron asignadas varias caricaturas e imágenes
abstractas, con el fin de que por medio de la observación y el diálogo
posterior pudieran determinar los paradigmas educativos que de ellas se podía
deducir y las maneras de aportar desde la propia
profesión y con la ayuda de la
investigación, a la transformación de dichos paradigmas en favor de la
sociedad.
En
el diálogo que se dio en este primer momento fue notable el consenso al que se
llegó en torno a al concepto de una educación de incompatibilidades entre el
docente y el estudiante, como piñones de un engranaje donde las piezas no
encajan y donde no hay movimiento. La
reflexión inicial también giró en torno a cómo la educación no tolera la
discrepancia al estar basada en un método que lleva a todos los individuos por
un mismo camino marginando totalmente a quien se pregunta por el sentido de
este, es una educación que rechaza el pensamiento divergente.
Los
grupos de reflexión fueron ampliados posteriormente, en ellos el diálogo se hizo aún más valioso
cuando la discusión giró en torno a la manera como estos paradigmas habías afectado de forma
directa a los integrantes del equipo. Muchos compartieron sus experiencias
personales acerca de cómo la sociedad y especialmente la familia les había
brindado una educación que coartó las propias ideas, los sueños y la libre expresión.
Los
grupos ampliados tuvieron la responsabilidad de exponer ante el auditorio sus
reflexiones. Durante este momento surgieron nuevas problemáticas que aumentaron
las perspectivas en torno al tema, como el consumismo como hábito enseñado
desde la escuela, la represión de los talentos y el descuido que ha dado la
escuela a la formación para la producción de conocimiento.
Como
la reflexión no se quedó sólo en críticas y lamentos, los estudiantes
expresaron que el cambio de los actuales paradigmas en educación puede surgir de propuestas pedagógicas que
formen a la persona en investigación, que fomenten su curiosidad y su insatisfacción
ante el statu quo.
El
cambio puede llegar además por medio de una educación que en el ámbito personal
favorezcan la creación de la propia identidad y la búsqueda del propio camino,
es decir una educación que forme en la aceptación de la diferencia en vez de la
formación programada de seres estandarizados sin una finalidad mayor que la de
suplir las necesidades del sistema.
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